domingo, 18 de marzo de 2007

Tú y Viena

En ninguno de los mapas he podido encontrar la palabra Wien, fue lo último que dijiste, después el beso, luego tu móvil sonando desesperadamente, el ruido estrepitoso de la partida, de la huída, más tarde mi vaso chocando contra la botella, los hielos cayendo al vaso y el aroma un tanto dulzón del tabaco que fumabas y que se cuela memoria como hormigas en la nariz. Quiero irme, era todo lo que decías, sé que decías más pero se resumía en un <>, fuera el trabajo, aprender alemán, cuidar niños, todo lo resumías en el sencillo, incómodo, desafortunado y honesto <>. La maleza incómoda de tu cabello negro vuelve a flotar frente a mí. Las últimas notas de la húmeda canción resbalan por tu espalda. Crispan los poros ante tu mirada que ilumina, allá, la noche de Viena. ¿Qué es la lejanía sino la erosión de las horas? Debajo de tu nombre sigue el mío. Y creo que amanece en Viena.

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