miércoles, 21 de mayo de 2008
Benvingut(a)
Un árbol se rompe en dos y una mitad, la enclavada a la tierra, se queda y la otra cae o tal vez vuela; en ambas está el olor de tu cuello a recién bañado, tus manos de arquitecta recién maqueteadas, tus grandes ojos de elefanta y tu manera de andar, entre segura por saber a dónde vas y temerosa de pisar en terreno frágil. Tu cuerpo es una casa que ya no miro. Ahora pides en el café del mediodía en vienés y escuchas ópera en el baño. Te subes a un tranvía, yo me bajo de cualquier auto. La temperatura baja y el viento es cada vez más lejano. Subes por Europa como por cualquier peldaño. A mí me cuesta esperarte, pero ya despierto y es medio año, escribo Benvinguta en una cartulina, la pego a la entrada de tu casa, compro botellas de vino tinto y me siento a esperarte, cansado.
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1 comentario:
Uuuu....
Lindo, pero me late que de verdad andas así, esperándola...
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